Los incendios forestales son ya una tragedia recurrente en nuestro país. En febrero, y como muchos veranos, la región de Valparaíso se vio tremendamente afectada por condiciones climáticas que se dan en estas fechas: temperaturas elevadas, clima seco y ventoso, la presencia de material combustible y, en muchos casos, la intervención humana negligente o malintencionada.
Fuente: noticias.uai.cl
Al respecto de estos elementos, Luis Valenzuela, director del Centro de Inteligencia Territorial (CIT) del Design Lab UAI, indica que es “crucial abordar cada uno de ellos de manera integral si queremos ver un cambio significativo; esto demanda no solo focalización sino también participación y, sobre todo, un cambio cultural profundo respecto a prevenir y anticipar incendios forestales”.
Desde el CIT UAI indican que estas causas y condiciones ideales suelen incluir una combinación de factores que aumentan la probabilidad de que un fuego se propague rápidamente. Por ejemplo, respecto de la sequedad y baja humedad, los bosques secos son más propensos a arder, ya que la falta de humedad en la vegetación facilita la ignición y la propagación del fuego. El viento, por su parte, puede avivar las llamas y llevar el fuego a nuevas áreas, aumentando su velocidad y alcance. Las temperaturas elevadas y el calor intenso pueden secar la vegetación y hacer que sea más inflamable, aumentando así el riesgo de incendios forestales.
Por otra parte, la acumulación de materia orgánica seca, como hojas caídas, ramas secas y matorrales densos, proporciona combustible para el fuego. La pendiente del terreno también puede influir en la velocidad y dirección en la que se propaga el fuego, pudiendo aquellas empinadas hacer que el fuego se propague más rápidamente. Y, además, la presencia de áreas remotas o de difícil acceso puede dificultar la llegada rápida de equipos de extinción de incendios, lo que permite que el fuego se propague sin control.
El director del CIT UAI enfatiza en que la evidencia es clara y que Chile debe actuar en la prevención. “Si bien es imperativo que las autoridades actúen de manera contundente y proactiva, la ciudadanía no puede quedar al margen esperando que las autoridades resuelvan, debe ser parte activa en esta transformación cultural, participando en cada una de las acciones que se deben tomar para que este cambio exista. Como ciudadanos, debemos asumir nuestro papel en la protección de nuestros bosques. Desde prácticas de prevención en nuestras actividades al aire libre, como el manejo de la basura y desechos en lugares apropiados, hasta denunciar cualquier actividad sospechosa que pueda desencadenar un incendio; todos debemos ser parte de la solución”, señala.
Valenzuela añade que la prevención debe ser la piedra angular de la estrategia contra los incendios forestales, lo que implica una gestión forestal responsable, programas de educación ambiental y campañas de concienciación pública sobre el peligro que representan las actividades humanas imprudentes en áreas boscosas.
“Además, se requiere una inversión significativa en tecnología y recursos para combatir los incendios una vez que estallen. Desde la implementación de sistemas de alerta temprana hasta el fortalecimiento de las capacidades de extinción de incendios, debemos estar preparados para enfrentar esta amenaza de manera rápida y efectiva”, dice.
Hace alrededor de un año, Luis Valenzuela ya manifestaba su preocupación en torno a la prevención de incendios, destacando la relevancia de podar a tiempo, de sacar material vegetal y también basura. “Esa mantención, esa administración de este espacio natural, es muy necesario hacerla, y con eso, el incendio va a tener menos combustión. No solamente seamos capaces de reaccionar a la urgencia, que siempre tenemos que hacerlo, sino que el día de mañana seamos capaces de anticipar. Y anticipar significa salvar vidas”, indicó en su momento a un medio de comunicación nacional.
En la misma línea, Valenzuela subraya en la importancia de iniciar programas de entrenamiento ante incendios y planes de acción de emergencia, además de realizar ensayos de evacuación. “Tenemos que estar acostumbrados a que este tipo de incendios son impredecibles y por ello tenemos que estar muy entrenados”, agregando que los recursos deben estar en prevención, emergencia y cultura.
El académico subraya que “el futuro de nuestros bosques y el bienestar de nuestras comunidades dependen de la acción decidida y coordinada de todos los sectores de la sociedad. Si no tomamos medidas hoy, los incendios forestales seguirán cobrando su terrible tributo en la región de Valparaíso y en todo Chile. Es hora de actuar con determinación antes de que sea demasiado tarde”, concluyó.