Una de las grandes preguntas urbanas de nuestro tiempo es si la manera de construir la ciudad fortalece o debilita el tejido social, o si solo hemos puesto la mirada en el desarrollo productivo.
Al respecto, nuestro director Luis Valenzuela, destacó que la forma en que se ha construido Santiago — una metrópolis de 7,5 millones de habitantes no ha contribuido a conectar a la sociedad. «Hay suficiente evidencia para decir que la manera en que hemos construido la ciudad no necesariamente ayuda a la cohesión social«, afirmó.
Si bien este concepto no es nuevo, el enfoque reciente en el estudio de las ciudades ha comenzado a darle una dimensión humana y social. Santiago, fundada en 1547, ha sido testigo de cómo con el paso de los siglos, esta mirada ha ido evolucionando.
Según el director del CIT-UAI, se refiere a los vínculos y relaciones que se generan en una sociedad y cómo estos contribuyen a la calidad de vida y al desarrollo personal. Históricamente, las ciudades fueron vistas como respuestas a necesidades básicas: vivienda, conectividad, localización de colegios y servicios. Sin embargo, el estudio de la cohesión social ha desafiado esa visión operativa, añadiendo una nueva capa: la ciudad no solo como infraestructura física, sino como un espacio donde el tejido social cobra relevancia.
Un desafío para el diseño urbano
«Con la cohesión social aparece un nuevo lente con el cual podemos ver la ciudad. Estas nuevas herramientas nos permiten desenvolvernos y mejorar nuestra vida en esa infraestructura física. La convivencia entre la infraestructura física y la social toma protagonismo, y el diseño urbano debe ser pensado en función de ello”, explicó el arquitecto.
Aunque es un concepto en evolución, es difícil establecer cuáles son los factores mínimos necesarios para lograrlo: “Estamos empezando a comprender los elementos de diseño urbano que realmente podemos conectar con estos factores de cohesión social«.
Finalmente, Valenzuela hizo un llamado a repensar las ciudades más allá de sus funciones operativas. Los vínculos sociales son un eje fundamental del bienestar y diseñar ciudades con la mirada puesta en la cohesión social es clave para devolver la confianza a la ciudadanía y recomponer el tejido social que sostiene a nuestras urbes.